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La realidad de la Educación Rural y Urbana

Foto del escritor: RESALTADOR DIGITALRESALTADOR DIGITAL

Daysi Chimbo, Johana Quintuña, William Guzhñay


Estamos viviendo la que es potencialmente una de las mayores amenazas en nuestra vida, la pandemia, que afecta a la educación. El 16 de marzo de 2020, miles de niños y jóvenes dejaron de asistir a los centros educativos a causa de la pandemia del COVID-19. Esto representa que los estudiantes en edad escolar hayan experimentado una crisis de aprendizaje. Esta situación tiene el potencial de empeorar el nivel de aprendizaje si no se toman las medidas correctivas.


En Cuenca existe un considerable porcentaje de hogares que tienen acceso a la internet, al mismo tiempo hay una cantidad niños que no poseen, de esta forma no pueden continuar sus estudios a través de plataformas digitales. La situación es más grave para los alumnos de las zonas rurales, donde se multiplica el porcentaje de falta a la conexión a la red en los hogares.


Gráfico estadístico de clientes de internet por provincias.


Esta interrupción alterará por completo los estudios de muchos niños, sus padres y maestros. En algo se puede reducir este impacto a través de estrategias de aprendizaje remoto. A mucha gente le preocupa que basar el aprendizaje remoto sólo en estrategias en línea implicará llegar solo a los niños de familias más acomodadas. Muchos niños no tienen un escritorio, libros, material de lectura, conexión a internet, una computadora en casa o padres que los apoyen.


Milton Sucuzhañay de 30 años residente de la parroquia Ricaurte, y padre de dos niños de las Unidades Educativas, Estados Unidos de Norte América y Manuel María Palacios Bravo de la zona urbana comentó que el pasado 12 de marzo del presente año nos enviaron un comunicado que por la emergencia sanitaria que atravesaba el país debido a los casos del Covid-19 confirmados y por esta situación el viernes 13 de marzo no habría asistencia a clases hasta nueva orden. Lo que “yo pensé era que sería por unos días y luego ya regresaría a clases normales, pero con el pasar de los días la situación empezó a empeorarse debido al incremento de casos” comentó.

Milton Sucuzhañay, ayuda a realizar las tareas a su hija.


Los primeros días las tareas que daban los profesores era mediante la aplicación de WhatsApp, nos enviaban una lista de actividades todos los lunes para toda la semana y se presentaban mediante fotos cada viernes. Esta modalidad duró un mes aproximadamente pero después se convocó a una reunión por Zoom con todos los padres de familia en donde nos informaron que de lunes a viernes en un tiempo de 40 minutos se dictara clases por la aplicación de Zoom, en vista de que el año lectivo concluirá de manera virtual.


Los directivos nos preguntaron si todos teníamos acceso a internet en nuestros hogares y si disponíamos de una computadora o un celular en donde se podría descargar la aplicación en el caso de no tener tendríamos que buscar a vecinos padres de familia cercanos, para que nos colaboren prestando el internet, obviamente con todas las medidas necesarias acotó Sucuzhañay.


Milton manifestó que la educación virtual no es tan buena, porque 40 minutos diarios no son los necesarios para educar, porque existen temas que requieren una explicación. Mis hijos todos los días me dicen papá ayúdame en esto o esto no entiendo explícame en fin, tengo que darles un tiempo para explicar las cosas que a veces ni yo no entiendo, ingreso a la internet para averiguar y aprendo pero existen temas que en realidad no y debo llamarle a la profesora para que me ayude.


Carolina Fares estudiante del colegio Intercultural Bilingüe Narancay, realizaba las pasantías para poder graduarse en turismo, previo a la declaratoria de la emergencia sanitaria dejo de realizarlas ella nos supo manifestar que le afecto drásticamente ya que tenía que realizarlas por un mes, y después de que se cancelo tuvo que recibir clases virtuales impartidas por un docente, pero en el lugar donde vive no tiene buena conexión de Internet por lo cual a veces se podía conectar y otras no.


Refiere que no adquiere el conocimiento necesario previo a que necesitan una retroalimentación y no la puede adquirir ya que sus padres no tienes una educación de alto nivel por el cual tiene que aprender sola, esa es una problemática de varias que existe en su entorno ya que son 3 hermanos que tienen clases virtuales y no todos pueden asistir al mismo tiempo ya que poseen una sola computadora y la señal de la internet se limita cuando se conectan los tres ya sea por medio de la computadora o los teléfonos celulares.


Ella nos relata de como era su vida antes de la pandemia, se levantaba a las 5 de la mañana ya que le tocaba madrugar para poder llegar a tiempo a sus clases. En el confinamiento nos comenta que puede descansar más y se levanta a las 7 de la mañana para ayudar a sus papas a ver al ganado y en las labores agrícolas y en la tarde sus padres les da el tiempo para que puedan realizar las tareas que les envían los docentes.


Luis Mario estudiante de la escuela rural Manuel María Polit Lasso, ubicada en la parroquia Tarqui en la comunidad de Acchayacu, nos cuenta que él no logra entender las clases impartidas por los docentes porque no tiene una retroalimentación, pero sus hermanos mayores le ayudan en las tareas para enviarlas a sus maestros vía WhatsApp, ellos tienen la conexión a internet, mediante celular de su progenitora.


Martha Isabel Lojano madre de dos niños nos relata que sus hijos reciben tareas vía la plataforma WhatsApp, pero como ella debe de cultivar sus legumbres no tiene tiempo de ayudarles a sus hijos por lo cual en las noches permanece junto a ellos hasta la media noche. En el día junto a sus hijos madruga a ver a sus vacas, borregos y cortar hierba para los cuyes. Mis hijos no les prestan mayor interés a las clases porque para ellos es la alegría estar conmigo y con sus primos. Martha para descargar las tareas de sus hijos tiene que irse a la casa de sus padres porque ella no posee el dinero para pagar este servicio, también nos relata que su hermana María ayuda a sus hijos con los deberes ya que tienen más afinidad con ellos en ese aspecto.

Martha Isabel, desyerbando el cultivo del huerto.


Herminia Quishpe, docente e inspectora de la Unidad Educativa Alfonso María Borrero de la Parroquia Santa Ana comenta que hacen todo lo posible para contactar con los niños y poderles impartir clases, utilizan plataformas como Facebook, WhatsApp, y Zoom. Hubiésemos querido impartir clases a diario pero no todos los padres tienen la posibilidad, pues solo pocos cuentan con internet en casa y otros tienen que hacer recargas a sus móviles, debido a esto no se puede ser inconsciente y pedir más, declamó.


Los estudiantes que no se pudieron ubicar pueden seguir el plan Covid en los medios como la Radio o la TV, de esta manera realizan un portafolio con las tareas y entregaran al final del año, si allí no entregan se informara a los departamentos distritales para ver qué medidas se tomará. Agregó que las clases virtuales son muy frías y no hay nada mejor que las presenciales, por la importancia de la retroalimentación. Para finalizar aconsejó a estudiantado que optimicen el tiempo y la tecnología para aprender de estos recursos virtuales ya que todos aprendimos.


Vinicio Peralta, Rector de la Unidad Educativa Miguel Moreno, comentó que, en la zona urbana y rural, no existe una diferencia ya que las asignaturas se aprueban con el mínimo de calificación establecido en todas las materias impartidas porque la plataforma educativa es para todos por igual. Pero se evidencia la brecha tecnológica que existe entre las dos zonas. En la zona rural los padres tienden a tener bajo nivel de escolaridad que no les permite ayudarles en su aprendizaje al educando, en la zona urbana la mayoría de los padres tienen como mínimo un bachiller o técnico. También la zona urbana existe mejor infraestructura tecnológica que en la zona rural.

Mgs. Vinicio Peralta, Rector de la Unidad Educativa Miguel Moreno.


En la zona rural los estudiantes trabajan en los negocios familiares dedicados a la agricultura y ganadería, en cambio en la zona urbana los estudiantes cuentan con el beneficio de solamente asistir a la escuela o colegio. En el campo existe mayor tasa de deserción por falta de recursos económicos que en la urbana. En ambos tipos se da la deserción escolar es a causa de problemas personales, familiares o económicos.


La educación rural de calidad solo se logrará con trabajo en equipo entre los docentes, estudiantes y padres. Los niños rurales tienen muchos sueños, mucha creatividad pero se quedan en un muro. Es hora de que el estado, fortalezca la educación, hay que invertir en los jóvenes, hay darles el derecho fundamental que es estudiar.

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